· A PROPÓSITO DE LA MAGIA DEL DESNUDO ARTÍSTICO.

DESESPERACION

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    Es quizá, una sensación de difícil explicación. Para el que ama la fotografía y mas en concreto la fotografía artística, la sesión es uno de los quehaceres mas placenteros de este arte. Ahí se fragua todo… es el comienzo de una historia, una historia que necesita ser contada, una historia de sensaciones, de sentimientos, de existencias.

   El momento en el que modelo y fotógrafo conectan durante la sesión artística, en su búsqueda mutua de la obra de arte, representa el cenit de una vivencia única; aunque repetible de un modo similar, pero única, puesto que cada vez que ese cenit tiene lugar, nunca es igual al anterior o al que está por venir.

   En la consecución de la obra de arte fotográfica, este momento especial puede darse en cualquier otro género fotográfico en el que participen además de, como es obvio, el fotógrafo, una o varias personas que serán fotografiadas por éste. Este estado de gracia no es privativo del desnudo artístico, incluso un estado similar se da cuando, fotografiando naturaleza muerta, encuentras el punto de inspiración y consigues la composición perfecta que da un sentido sólido y personal a tu imagen, aunque en este caso, este estado solo pueda ser compartido contigo mismo y con tu sentimiento interior de artista.

   Sin embargo, este éxtasis expresivo llega en el desnudo artístico de un modo y con una intensidad diferentes, porque en este caso todo parece surgir desde mas adentro, desde un estado de transparencia y sinceridad que solo puede mostrar un cuerpo desnudo, sin intromisiones de elementos que perturben la capacidad de comunicación de un cuerpo sincero, vivo y limpio.

   En el caso del desnudo artístico femenino, la mujer, portadora de vida y elenco de esencias, yace ante el artista y su cámara en lo mas álgido de su naturalidad y transparencia, en el esplendor de la dulzura de su piel y la suavidad de sus formas. Siendo consciente de las pautas expresivas, posa y da movimiento a su cuerpo obedeciendo a la composición visual y a las necesidades del mensaje a través de las cuales el artista pretende expresar sus sentimientos, sus inquietudes, sus sensaciones de existencia…

… tal vez súbitamente o quizá en un proceso de interiorización del sentir del creador, termina por hacer suyos esos sentimientos y sensaciones y usando como vehículo su cuerpo, su piel, sus gestos y su sentir, aporta el elemento imprescindible que lleva al éxtasis de la expresividad y de la transmisión auténtica y sincera de aquello que vive en lo más profundo del artista: la conexión. Y así, brota ese estado fugaz en mayor o menor medida: «el binomio perfecto.»

   En ese momento mágico no interrumplible, se crea una atmósfera especial, algo fluye entre los dos, una comunicación subliminal, una sintonía plena y así, las imágenes fluyen; los sentimientos y sensaciones profundamente personales del artista, que por momentos pertenecen a los dos, se materializan, casi se pueden tocar, los aspectos técnicos se diluyen ante la fuerza aplastante de lo etéreo, de la conexión inmaterial. Son los momentos de la magia, la magia del desnudo artístico.

   Pero no termina ahí esa magia, continúa en la fase de postproducción de la imagen, en la que a través de «herramientas púramente técnicas que están al servicio de la imaginación», conseguimos aplicar a esas imágenes cargadas de complicidad, la ambientación necesaria que nos llevará a la obra final.

   Y continúa la inspiración. Gracias a las imágenes tomadas que permanecen ahora ante la mirada escrutadora del artista y al recuerdo aun fresco de la sesión, éste retoca, embellece y llena de sentido sus obras, tanto desde el aspecto técnico como plástico. Pero no está solo, ella permanece con él colaborando con las sensaciones creadas, con sus movimientos y poses cuyo recuerdo está inmejorablemente apoyado, por las imágenes obtenidas. «Observo en este momento el rostro de la mujer que fotografié y me siento como si aun la observase en la sesión, continúa mirándome interiorizando mi sentir, continúa hablándome con la expresividad de su desnudez, seguimos estando en la misma frecuencia.»

   Éste es mi sentir, esta es mi forma de vivir en un mundo de creación y desnudez interior, ese mundo en el que hasta las más pequeñas sensaciones de existencia, necesitan ser exteriorizadas y compartidas. «El arte y sus entresijos, pertenecen a otro plano existencial íntimo, profundo e inmenso.»… ésta es para este ser humano, la magia del desnudo artístico.

                                                                                               Sergio Amado.

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Sergio Amado. La galería


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